Proceso Creativo
Cuando llega la inspiración en forma de imagen, la dibujo y durante unos días la siento invadiendo todas las células de mi cuerpo hasta que siento llega el momento de plasmarla, de crearla:
La arcilla ha sido siempre mi material preferido, por ser natural, su tacto, su plasticidad, su facilidad para moldearlo, me encanta! Tocar la tierra con mis manos, sentirme conectada a ella en todo el proceso creativo, un regalo!
A lo largo de los años, he experimentado con muchos tipos de arcillas, de diferentes texturas, colores, propiedades... hasta encontrar las que para mi, me gustan más, tanto por su tacto como por su resultado una vez cocidas. Y es tan larga la lista de arcillas que sigo abierta a experimentar, descubrir y maravillarme!
Para trabajar la arcilla mis herramientas principales son mis manos y pequeños moldeadores, punzón y tela.
El modelado es solo uno de las etapas del proceso. Luego, una vez terminada la escultura viene el periodo de secado, que variará depende de la temperatura y la humedad ambiental, el tamaño y grosor de la pieza y el tipo de arcilla que haya utilizado. Como se ve en la siguiente imagen, el color de la arcilla ya varia en el proceso de secado.
Y finalmente llega la cocción. Un proceso sorprendente ya que una vez cocidas a más de 1200º cambian de color, de dureza, de tamaño y de color. La naturaleza no es fija y las arcillas tampoco. Cada una está compuesta por ciertos minerales y sus cantidades afectan al color final, así que siempre es una sorpresa cuando saco las esculturas del horno, porque aunque sé la arcilla que utilizo y supuestamente el color, no sé como va a quedar y esto lo hace que sea un momento mágico!